Astronomía, rutas a caballo, senderismo, cicloturismo, demostración de trabajos de campo, flyboard, paddle surf, submarinismo, kayak, parapente… Menorca va más allá del ‘sol y playa’ convertida en escenario natural para disfrutar también en otoño con multitud de propuestas para los amantes del turismo activo.
En Menorca todo empieza pero nada acaba en las maravillosas calas y playas que rodean sus 216 kms de costa. Más allá del verano, los chapuzones y el relajante dolce far niente al sol, la isla balear convierte sus 702 km2 de superficie en el escenario perfecto para desarrollar todo tipo de actividades al aire libre; por tierra, por mar y por aire. Y además, con el complemento perfecto de alojamientos singulares en los que disfrutar del turismo rural y el agroturismo, la mejor manera de inhalar la más pura esencia de esta isla que es Reserva de la Biosfera desde hace un cuarto de siglo.
Agrupadas en la Asociación Menorca Activa, más de una treintena de empresas especializadas ofrecen al visitante ávido de nuevas experiencias toda una variada gama de propuestas encaminadas a disfrutar de una escapada inolvidable combinando naturaleza, gastronomía, deporte y, sobre todo, mucha acción.
A través de la Microguía Menorca Activa es posible visualizar de forma rápida y clara toda la variada gama de experiencias propuestas que se ofrecen al visitante; y en este otro enlace de la web, hallar las promociones exclusivas y descuentos del 10% al 50% para quienes se suscriban a la newsletter de la Asociación.
Como Destino Starlight que es desde el pasado año, el cielo de Menorca es uno de los espectáculos a disfrutar acompañados de expertos en astronomía. Para descargar adrenalina surcando los cielos, nada mejor que una experiencia en parapente biplaza. Y para hacerlo saltando las olas, con el parasailing.
Los amantes del mar lo pasarán en grande sumergiéndose en las aguas del Mediterráneo para practicar buceo, submarinismo o snorkeling; sintiendo la emoción del paddle surf o el flyboard; o descubriendo los mil recovecos de la costa en kayak.
Ya en tierra, el histórico Camí de Cavalls que circunvala la isla puede hacerse a lomos de un caballo de raza menorquina. Otra experiencia ecuestre puede ser la de participar en clases de doma menorquina. Y para los amantes de la etnografía, nada mejor que conocer las tradiciones menorquinas que asistir a una demostración de trabajos antiguos de campo o visitar una casa rural museizada.