Poblaciones con alojamientos rurales en mitad de espacios naturales ofrecen una alternativa diferente para descansar lejos de entornos masificados. Son negocios que también se adaptan a la era post-coronavirus.
Desde diferentes plataformas de reservas de alojamientos afirman que tras el parón por la crisis sanitaria del coronavirus, la población está comenzando a movilizarse y está apostado por un turismo de cercanía y por las casas rurales. «Desde hace unas semanas la demanda de peticiones de reserva es brutal, llegando al 76%«, señalan.
Estas confirman que el viajero español está optando por pasar sus vacaciones de verano en un entorno cercano de naturaleza, de desconexión… pero con buena gastronomía.
Enrique Pérez (1* Estrella Michelín ‘El Doncel’, Sigüenza – Guadalajara) nos expone que «somos optimistas a la temporada estival porque Sigüenza es una localidad de segunda residencia y de excelente turismo en verano. A consecuencia de las limitaciones sanitarias establecidas por el coronavirus, hemos adaptado la entrada del hotel de forma independiente al restaurante -hasta ahora común- para que, de esta forma, el huésped se sienta seguro en todo momento.»
Enrique continúa explicando que «se ha eliminado el servicio de desayuno en sala -y así evitar posibles contagios- ofreciendo el mismo en la habitación. Ahora se realiza de forma personalizada, a medida, cumpliendo con todas las garantías sanitarias. Asimismo, nuestro servicio de restauración se ve, evidentemente, modificado. Aunque hemos reducido el número de mesas en el salón principal de El Doncel, apostamos por darle un ‘plus’ a nuestras elaboraciones, abriendo también (para quien lo desee) las instalaciones de nuestra finca ‘El Obispo’. Con ello, obtenemos así una experiencia espectacular, en un escenario abierto, donde el usuario dispone de todas las calidades de la cocina que nos caracteriza y en un entorno abierto y distendido.»
Desde Castilla-La Mancha viajamos hasta una pequeña localidad cerca de Aranda de Duero en Castilla-León. Nuria Leal es propietaria del Hotel Rural ‘Las Baronas’. Nos confiesa que «la situación ha trastocado a todos los profesionales de la restauración comarcal pero nos sentimos optimistas porque, a pesar de estar en un entorno realmente idílico para desconectar como es la localidad de Santa Cruz de la Salceda (Burgos), hasta que no normalicemos las fases marcadas por el gobierno, el tránsito de turistas no será efectivo. Por fortuna, las reservas de Agosto no se han cancelado y eso hace que veamos algo de luz a estos meses de contínuas cancelaciones. El servicio de ‘delivery’ nos ha ayudado mucho en estos dos meses ya que también somos referencia gastronómica en la región. Aquí es vivir en la gloria. Quien viene, repite«.
Volvemos hasta la ciudad manchega de Mota del Cuervo, localidad conquense donde el Hotel Rural Plaza prepara los últimos detalles para su próxima apertura. «Vivimos con cierta incertidumbre por cómo se moverá el mercado turístico, aunque somos optimistas. La gente está cansada de estar en casa y necesita salir de su burbuja de confinamiento. Tanto el turista del norte de España o Cataluña, así como el internacional, son el cliente-tipo porque estamos situados en una geolocalización especialmente estratégica. Aparte de disfrutar de las exquisiteces de la comarca, cualquiera que lo desee está a una hora de todas las poblaciones más visitadas de Castilla-La Mancha», nos confiesa Patricia Plaza, propietaria del hotel rural.
Nos movemos hacia el sur, hacia Almería. En Las Hortichuelas Bajas, población de Níjar, en pleno corazón del parque natural Cabo de Gata-Níjar y a unos kilómetros de la playa de la localidad de Las Negras, se encuentran ‘Las Casillas del Cabo’, uno de esos apartamentos que durante las semanas de cuarentena ha dejado de acoger a los visitantes que ya acudían aquí con la llegada de la Semana Santa.
En declaraciones de su dueño, Javier Alías, «La diferencia es mucha. Hemos tenido un parón que nos ha dejado a todos muy ‘tocados’ económicamente” y subraya el impacto negativo que ha tenido el confinamiento, con un nivel de ocupación nulo durante la Semana Santa y a posteriori.
Como en otros sectores, la falta de actividad ha sido suplida con diferentes acciones en las redes sociales. “Antes no solíamos hacer nada y ahora sí. La gente está muy dormida y necesita que la despertemos de alguna manera”. Por ello, sus perfiles en Redes Sociales han recogido más publicaciones que en años anteriores. “Estamos haciendo un sorteo ahora mismo en Instagram para un fin de semana y la gente está respondiendo. Se ve que la gente tiene ganas de salir de la cuarentena. Nosotros también”, revela en este sentido.
Futuro incierto
La vuelta a la normalidad de las casas rurales no depende sólo de los profesionales al frente de estos alojamientos. También de los plazos marcados por el ‘Plan para la transición hacia una Nueva Normalidad’, o de cómo se resienta la economía e incluso de la posible gestión de nuestras fronteras.
Todo el sector del turismo rural se plantea este dilema. Por un lado, el miedo a llevar el virus a los rincones de España a donde todavía no ha llegado. Por el otro, la necesidad de trabajar para poder comer, después de dos meses sin ingresos que abocarán al cierre definitivo de muchos negocios.
De momento, todos los entrevistados nos confiesan que no hay reservas confirmadas, pero los españoles ya se están moviendo. Se realizan bastantes visitas a las páginas webs de los alojamientos rurales. «De momento nadie reserva pero piden información y disponibilidad”, nos confiesan.
¿Se disparará el precio de las casas rurales en verano? Todo los entrevistados han respondido que no lo tienen previsto, si bien la tentación de recuperar parte del dinero perdido en estos dos meses de verano es alta. “No sería inteligente ni razonable subir los precios, hay que ser coherente y profesional. Es pan para hoy y hambre para mañana”, nos comenta Enrique, de ‘El Doncel’.
El viajero contento vuelve y recomienda, el que se sienta estafado no. «Consideramos que en el turismo rural, al igual que toda actividad de ocio, debemos ir más allá del negocio de cada uno: vendemos el destino, el territorio, servimos como promoción de una comarca. En consecuencia, una experiencia”, termina exponiendo Nuria Leal.